Los Caracoles es uno de los palos del flamenco.
Proceden de las cantiñas bailables, concretamente de una cantiña denominada "La caracolera", y su desarrollo está vinculado al Madrid de finales del siglo XIX.[1] Distintos cantaores fueron añadiéndole tercios o fundiendo con ella otras cantiñas, pero se considera que José de Sanlúcar fue el primero en dar grandeza a este cante, antes de que Antonio Chacón se convirtiera en su mayor mantenedor y propagador. Después, cantaores como el Niño de Almadén (Francisco Antolín Gallego, originario de Almadén, Ciudad Real) mantuvieron este palo.
Hoy en día, se trata de un cante muy poco utilizado.
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