"Para mí es básico que antes daban morbo sus historias aunque por su lírica y sus metáforas mucha gente se quedaba fuera. Ahora escribe de forma más universal, con cierto sentido del humor sobre el yo, y la gente se identifica más", dice el crítico César Estabiel, buen conocedor de Vegas. Él pone la frontera entre el artista maldito en su segundo disco, Cajas de música difíciles de parar. "Los siguientes, para mí son de transición. Hay melodías en este último que parecen canciones de toda la vida... son menos indies".
El último, La zona sucia, editado por Marxophone, una compañía de nueva creación en la que es socio, entró en el puesto número tres de las listas de ventas y lleva 7.000 copias vendidas, 2.000 de ellas en la versión en vinilo. Y, remata su agente: "Pon la palabra entre comillas, por favor, pero este disco es un clásico". el pais